¿Los gobiernos innovan?

Los gobiernos tienen que innovar, siempre lo han hecho. Lo que pasa es que debido a la narrativa la hemos encontrado con dos visiones: “¿Cómo se les ocurre?” o “Previenen el futuro”. Lo real es que en estos últimos 10 años la innovación en la generación del valor público no sólo se ha promovido, incluso y como labor titánica se ha comenzado con su institucionalización o formalización.

Por lo anterior es que existe la idea que los gobiernos no sirven para y no deben innovar. Un tema a debate que he tenido con profesionales de disciplinas afines o cercanas al quehacer público y a quienes agradezco hayan enriquecido mi visión de cómo sí se hace innovación desde las administraciones públicas.

Innovación más allá de la iniciativa privada

En esta era urbana y como seres hiperconectados, nuestras necesidades, intereses e idea de bienestar han cambiado. Así, la esfera pública (iniciativa privada, sociedad y gobierno) propuesta por Jürgen Habermas hace 40 años hoy está reconfigurada. Las tareas se replantean e incluso los límites de acción de cada integrante, sin dejar fuera sus obligaciones, cambian.

Y esto no es de sorprendernos, ante esta situación Isaac Lucatero experto en temas de innovación y emprendimiento comenta que, al día de hoy abordamos la educación con "salones del siglo XIX, profesores del siglo XX y alumnos del siglo XXI, ahí está el reto”.

A este proceso de encontrar “nuevas soluciones a estos retos por medio de productos, servicios, modelos, mercados y procesos con impacto positivo, a través del uso más efectivo de capacidades, relaciones, recursos y herramientas” se le denomina innovación social. Fuente: ESDN

Entonces, si como sociedad nos estamos reorganizando para poder obtener beneficios, en cuestiones que antes nos parecían poco probables o temas que nos parecían mínimos ¿Por qué no replantear nuevas formas de generar valor público?

¿Por qué innovan los gobiernos?

Anteriormente, por una necesidad natural de seguir brindando más y mejores servicios públicos a la ciudadanía. Hoy parece que esta necesidad constante de dar solución a los problemas que enfrentan las ciudades precisan que se cuenten con modelos establecidos de innovación.

Y no sólo eso, el contexto hoy pone sobre la mesa el paradigma del gobierno abierto, el cual pide que los gobiernos establezcan nuevas formas de participación, de colaboración - transversal o a manera de red- un nuevo modelo de transparencia que sea proactiva -datos abiertos-, no reactiva y que se apoye en la tecnología.

Haciendo una referencia al comentario del Dr. Lucatero se podría entender que al día de hoy, la estructura gubernamental es del siglo 19, los servidores públicos fuimos formados en el siglo 20 y la ciudadanía va junto con el 21. Por eso, sí, los gobiernos innovan y tienen una oportunidad en hacerlo de manera más profesional.

¿Es fácil innovar las administraciones públicas?

Depende de algunos factores y el proceso no es lineal, es decir no siempre va para arriba. El primer factor es contar con voluntad política y directiva. Lo segundo, tener una narrativa correcta, saber cómo y a quién enviar el mensaje.

Otro factor de suma importancia es el capital humano, el de las células o equipos, de su formación en metodologías y herramientas que permitan precisamente esto: poder institucionalizar la innovación.

Y no, no es forzoso que se cuente con un área o equipo que lidere de manera transversal, la innovación puede venir desde cualquier oficina de la adminstraciòn pública.

Sin embargo, hay un punto transversal: saber llevar el proyecto de principio a fin, sin pensar -por ejemplo- que el uso de la tecnología lo va a solucionar todo por sí sola o llegar al punto de entrar en un túnel infinito de mejora continua, que aunque para la innovación es una de sus formas, requiere complementos de los cuales ya hablaremos más adelante.

Implementar proyectos de innovación en lo público no significa tener resultados de un día al otro. Tampoco que todo será positivo desde la primera vez, por eso se habla de pruebas piloto. Por otro lado también ahí está la tecnología y está combinada con los factores humano y de profesionalización al servicio de lo público si traen beneficios.

¿Estamos listas y listos?

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Este artículo fue escrito por:

Carlos Torres, Director de la Red de Servicio Público.

Licenciado en Desarrollo Regional y Maestro en Administración Pública y Políticas Públicas. Actualmente trabaja temas de innovación pública y social en lo local, es Profesor de “Ciudadanía y Democracia” en el TEC de Monterrey Campus León y forma parte de la comunidad Global Shapers, iniciativa del Foro Económico Mundial.